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La coordinación entre instituciones es un pilar clave del Protocolo de intervención ante riesgo suicida detectado en instituciones educativas de Canarias, estableciendo un marco de actuación conjunta entre los sectores educativo, sanitario y social. Esto incluye la comunicación directa y efectiva entre el centro educativo, los servicios de salud mental y, en casos necesarios, los servicios sociales. El protocolo detalla los pasos para establecer una colaboración fluida, desde la notificación del caso hasta el diseño de un plan de intervención integral que responda a las necesidades del estudiante y su familia. Esto refuerza el compromiso de las instituciones en brindar un soporte integral y continuo para evitar desenlaces adversos. Fuente: Protocolo de intervención ante riesgo suicida detectado en instituciones educativas de Canarias.
El seguimiento incluye acciones como garantizar que el estudiante reciba la atención sanitaria necesaria, coordinar su reincorporación progresiva al entorno educativo y desarrollar recomendaciones específicas basadas en las directrices de profesionales de la salud mental. Se organiza un plan de intervención personalizado que abarca la supervisión en el aula, la comunicación con figuras parentales y la identificación de posibles señales de alerta adicionales. Fuente: Protocolo de intervención ante riesgo suicida detectado en instituciones educativas de Canarias.
El Protocolo de intervención ante riesgo suicida detectado en instituciones educativas de Canarias contempla la formación continua del personal educativo en la detección de señales de alerta, manejo de crisis y estrategias de prevención. Esto se realiza mediante talleres, cursos específicos y recursos en línea, coordinados por las consejerías de Educación y Salud. Fuente: Protocolo de intervención ante riesgo suicida detectado en instituciones educativas de Canarias.
El protocolo fue desarrollado mediante una metodología colaborativa e intersectorial. Participaron profesionales de las Consejerías de Sanidad, Educación y Bienestar Social de Canarias, formando subgrupos de trabajo especializados en distintas áreas. Cada subgrupo contaba con un/a coordinador/a que comunicaba los avances a la coordinación técnica. El proceso incluyó revisiones externas por parte de expertos en salud mental y una revisión jurídica para garantizar el cumplimiento ético y legal. La versión final del protocolo fue consensuada por todos los participantes, asegurando su adecuación a las necesidades educativas y sanitarias. Fuente: Protocolo de intervención ante riesgo suicida detectado en instituciones educativas de Canarias.
La postvención tiene como objetivo minimizar el impacto emocional en la comunidad educativa y prevenir riesgos futuros. Incluye acciones como facilitar la expresión emocional, identificar estudiantes en posible riesgo y ofrecer apoyo psicológico. En caso de suicidio, se informa al profesorado, se planifican reuniones para abordar el duelo y se establecen intervenciones en el aula para disipar rumores y apoyar al alumnado. Las familias reciben orientaciones sobre cómo apoyar a sus hijos/as y gestionar el duelo. Todas estas acciones se realizan con máxima sensibilidad y respetando la confidencialidad. Fuente: Protocolo de intervención ante riesgo suicida detectado en instituciones educativas de Canarias.
En situaciones especiales como acoso escolar, violencia de género o riesgo de maltrato infantil, el protocolo recomienda activar los procedimientos específicos correspondientes. Además, en casos relacionados con uso inadecuado de redes sociales, se sugiere informar a las familias y, de ser necesario, denunciar a las autoridades. Estas medidas garantizan una respuesta integral, protegiendo al alumno y abordando las circunstancias subyacentes que pueden contribuir al riesgo suicida. Fuente: Protocolo de intervención ante riesgo suicida detectado en instituciones educativas de Canarias.
En el ámbito educativo, los agentes principales incluyen al orientador/a, quien lidera la detección y valoración del riesgo, y a la dirección del centro educativo, encargada de coordinar las acciones institucionales. También participan la persona coordinadora para el bienestar y protección del alumnado, el tutor/a, la jefatura de estudios y miembros del equipo de gestión de convivencia. En centros con enfermería escolar, este profesional también forma parte del equipo. Su actuación se centra en garantizar la protección del alumno/a en riesgo y coordinarse con otros agentes, como profesionales de la salud y servicios sociales, para ofrecer una atención integral. Fuente: Protocolo de intervención ante riesgo suicida detectado en instituciones educativas de Canarias.
El protocolo establece cinco niveles de riesgo suicida: bajo, moderado, alto, inminente e incierto. Estos niveles se determinan mediante la Escala Columbia (C-SSRS), una herramienta validada para evaluar la severidad e inmediatez del riesgo suicida. Un riesgo bajo implica intenciones vagas o inespecíficas, mientras que un riesgo moderado incluye la planificación sin intención inmediata. El riesgo alto se identifica por planes claros y accesibilidad a medios letales. En casos de riesgo inminente, se prevé una alta probabilidad de intento suicida en las próximas 48 horas. El nivel incierto se asigna cuando hay sospechas pero falta confirmación concluyente. Fuente: Protocolo de intervención ante riesgo suicida detectado en instituciones educativas de Canarias.
El protocolo tiene como objetivo principal establecer mecanismos articulados y homogéneos para la detección, valoración inicial, intervención y coordinación en casos de riesgo suicida en instituciones educativas. Entre los objetivos específicos destacan: la articulación de la actuación ante sospechas de riesgo suicida, el establecimiento de medidas en función del nivel de riesgo detectado, la coordinación interinstitucional entre educación, sanidad y servicios sociales, el diseño de medidas de seguimiento en el centro educativo y la implementación de acciones de postvención en casos de intento o suicidio. Estas acciones se basan en garantizar la seguridad del alumnado y su integración en un entorno que favorezca la salud mental y el bienestar emocional. Fuente: Protocolo de intervención ante riesgo suicida detectado en instituciones educativas de Canarias.
La postvención tras un suicidio es fundamental para minimizar el impacto emocional y prevenir el efecto contagio. Incluye medidas como reuniones con el profesorado, intervenciones en el aula para abordar el duelo y apoyo emocional al alumnado afectado. El protocolo enfatiza la importancia de actuar con sensibilidad, evitando rumores y brindando un entorno seguro para expresar emociones. Estas acciones ayudan a identificar y apoyar a estudiantes en riesgo. Fuente: Protocolo de intervención ante riesgo suicida detectado en instituciones educativas de Canarias.